Todos hemos sido niños, hemos tenido los mismos sueños: de ser feliz, ser queridos, no pasar hambre… a todos nos gustaba jugar y escuchar historias. Pero no todos hemos experimentado las mismas cosas, vivido las mismas experiencias ni tenido los mismos juguetes y juegos…

No es lo mismo ser niño en España que en China, no es lo mismo nacer en una familia musulmana o en una cristiana…

¡Ni es mejor ni es peor, es simplemente diferente!

¿Quieres saber como viven los niños y niñas en otras culturas?

¿Qué creen las distintas religiones sobre este tema?

¿Qué celebraciones especiales dedican a la infancia algunos países y creencias?

Esto es lo que hemos intentando reflejar en esta parte de proyecto DISTINTOS EN LA IGUALDAD dedicado a la infancia.

Si conoces cosas interesantes sobre este tema por favor mándanoslas.

Gracias

 

Textos de la exposición

Judaísmo
Nacimiento
Edades señaladas de la infancia
La mayoría de edad

Cristianismo
Nacimiento
Edades señaladas de la infancia
La mayoría de edad

Islam
Nacimiento
La mayoría de edad

Fe Bahá'í
Edades señaladas de la infancia
La mayoría de edad

Cultura Gitana
Nacimiento
La mayoría de edad

África Subsahariana
Nacimiento
La mayoría de edad

China
Nacimiento
Edades señaladas de la infancia
La mayoría de edad

 

Los judíos modernos, más que formar una raza, son miembros de una comunidad o asociación étnica independiente. Una comunidad que, a pesar de haber tenido que enfrentarse a terribles e incesantes persecuciones, ha logrado mantener su identidad durante casi diecinueve siglos: desde la disolución final de la provincia romana de Judea en el 135 d.C., hasta el establecimiento del moderno estado de Israel en 1948. Hoy en día, este término se usa como sinónimo de hebreos e israelitas; sin embargo, tanto en el plano histórico como en el étnico, estas palabras tienen distinto significado.

Hebreo: se le aplica a cualquiera de las tribus nómadas semitas que vivieron en el Mediterráneo oriental antes del 1300 a.C. En la historia judía, este término se ha aplicado a aquellas tribus que aceptaban a Yahvé como su único Dios, desde su origen, hasta que conquistaron la antigua Palestina, llamada Canaán, y en el 1020 a.C., se transformaron en una nación unida, regida por un rey.

Israelita: hace mención a un grupo nacional y étnico específico, descendiente de los hebreos y unidos por lazos culturales a través de su religión.

Judío: se refiere a un tercer grupo, por su identidad cultural descendiente de los dos anteriores, desde los tiempos de su retorno de la cautividad de Babilonia, hasta el día de hoy. La palabra proviene del término hebreo yehudí, que en un comienzo significaba ser un miembro de la tribu hebrea de Judá; más tarde pasó a ser Judea, nombre que se aplicaba al estado judío, y por extensión se aplicó a todo habitante de Judea. En 1970, el Knesset israelí adoptó una legislación en la que un judío se definía como el nacido de madre judía o convertida al judaísmo.

Brit Mila: El Pacto de la Circuncisión

Corresponde a todo padre judío cumplir el precepto bíblico de circuncidar a su hijo al octavo día, o nombrar a un representante cualificado para hacerlo en su nombre. Este ritual se conoce como Bris o Brit (en la pronunciación sefardita). La palabra significa pacto. La palabra para circuncisión es Milá. De esa manera, Brit Milá, el nombre completo, significa "El Pacto de Circuncisión"

La persona cualificada para realizar el Brit Milá se conoce como Mohel. Debe ser un judío piadoso, observante, que ha sido cuidadosamente instruido para realizar la circuncisión. Debe conocer perfectamente las leyes de la circuncisión, tal como están detalladas en el Shulján Aruj (Yoré Deá 26O~266) y debe estar instruido en las técnicas más avanzadas de higiene quirúrgica.

El Brit debe realizarse el octavo día, aún si éste cae en Shabat o Iom Kipur. De esa manera, si un niño nace un lunes, el Bris Milá será el lunes siguiente; si nace un sábado, el Brit será el próximo sábado. Debido a que el día se cuenta desde el mediodía, al niño que nació un miércoles a la noche después de la caída del sol, se le hará el Brit el jueves siguiente. Un Brit debe realizarse durante el día, de preferencia por la mañana. El Brit sólo puede posponerse si el niño está enfermo, es débil, o prematuro, o si la opinión del médico indica que la circuncisión puede ser peligrosa. En caso de dudas acerca de la condición del niño, la ley judía prescribe cautela y espera.

Durante el ritual de circuncisión, el padre del niño recita la siguiente bendición: “Baruj Atá, Adonai, Eloheinu, mélej haolam, asher kidshanu bemitzvotav vetzivanu lehajnisó bivritó shel Avraham Avinu. “Bendito eres Tú, Señor, nuestro Dios, Rey del Mundo que nos has santificado con tus mandamientos y nos ordenaste hacer entrar el niño en el Pacto de nuestro padre Abraham.” Los invitados presentes responden "Amén"esta bendición y recitan en voz alta su propia oración: “Keshem shenijnás labrit, kenikanés la Torá, ulejupá ulemaasim tovím” “Del mismo modo como ingresó en el pacto, que pueda incorporarse al estudio de la Torá, al matrimonio y a la realización de buenas acciones.” Durante el Brit Milá se otorga formalmente al niño su nombre.

A la persona que sostiene al niño durante la circuncisión se le llama Sandak. Desde los tiempos antiguos, fue siempre considerado un honor actuar en esta calidad.

Aunque es preferible tener un Minián (quorum de diez hombres, incluidos el padre y el Mohel) en el Brit Mila, ya que esto realza la observancia de esta Mitzvá (mandato divino) y aumenta la alegría de la ocasión, esto no es absolutamente necesario. Cuando las circunstancias son tales que no puede obtenerse un Minián, el Brit Milá puede ser realizado solamente con la presencia del padre.

Como ocurre con todas las ceremonias religiosas realizadas con alegría y regocijo, es correcto celebrar el Brit con una comida festiva. La comida servida en ocasión de un Brit se califica como una fiesta religiosa (Seudat Mitzvá).

¿Y las niñas?

Las niñas no son circuncidadas, claro esta. Pero un mes después de su nacimiento, reciben, en el transcurso de una bendición en la casa o en la sinagoga, su nombre hebreo, seguido de una celebración.

Para los judíos no siempre puede el ser humano saber el por qué o cómo actuó de tal o cual manera:

"Insufló en sus narices alma de vida y fue el hombre un ser viviente"

(Génesis 2:7)

"El instinto de las personas es negativo desde niñez"

(Génesis 6-21)

1 La neshamá (alma)desciende a este mundo: El alma es parte de su divinidad, por lo tanto, nos enseñan nuestros Sabios que se rehúsa a abandonar su lugar e ingresar en el cuerpo humano. Sólo la orden Divina logra que esto suceda y así ingresa en el feto.

2 El feto: Durante los 9 meses de embarazo, el feto se encuentra acompañado sólo por la neshamá (alma) y el instinto positivo, que es un ángel. Durante este período dos ángeles cuidan que no se introduzca el instinto negativo(otro ángel). Así, el futuro bebe podrá estudiar toda la Torá (El instinto positivo es el ángel que induce y aconseja a realizar sólo lo que Dios ordenó hacer y no hacer. El instinto negativo procura todo lo contrario)

3 El parto: En el momento del alumbramiento, el instinto negativo logra ingresar en el recién nacido y desaloja del lugar al instinto positivo y así, olvida toda la Torá que estudió.

4 La niñez: Durante los 13 primeros años el instinto negativo prevalece. El alma y el instinto positivo no pueden sobresalir. Esto explica por qué los niños en general rompen cosas y les cuesta ser cuidadosos con su entorno, así como también afloran problemas de conducta. Por supuesto hay diferencias: unos en mayor medida que otros. Por ello sobre el niño no recae ninguna de las obligaciones de la Torá y sólo es conveniente que cumpla los preceptos para ir acostumbrándose a los mismos y así luego le resulta más fácil su asimilación.

5 A los 12 para el varón y a los 11 para la mujer, comienza el despertar del alma y del instinto positivo.

6 El día del Bar/bat mitzvá: Ese día regresa el alma y el instinto positivo a su lugar original. A partir de este momento se despiertan en el ser humano las fuerzas del alma. Antes no podía el instinto positivo ingresar ya que no poseía la persona fuerza suficiente para encarar la lucha con el instinto negativo. No hubiera podido discernir entre lo bueno y lo malo, lo positivo y lo negativo, lo que Dios ordenó hacer y no hacer. Pero al cumplir 12 o 13 años ya puede comenzar la lucha, ya se encuentran los dos instintos en la misma línea. Comienza a funcionar EL LIBRE ALBEDRIO

7 De aquí en adelante: Toda la vida será distinta. Desde el día que adquiera su mayoría espiritual la persona ingresa en una lucha cuerpo a cuerpo. Sus pensamientos, decisiones y acciones estarán en sus manos. La persona tendrá que decidir si es correcto o no. Tendrá que preguntarse quién me está aconsejando, el instinto positivo o el negativo. Parecerá siempre que estamos hablando de una sola fuerza, pero son dos. Así como el alma quiere inclinar las acciones humanas en su favor, el instinto negativo, también hace lo suyo, siempre estarán en igualdad de condiciones. Cuanto la persona más se eleve espiritualmente, más lo hará el instinto negativo. Así la lucha será pareja y titánica. Por ello también comienzan los problemas de la adolescencia y sus conductas rebeldes.

Esta situación fue creada por Dios y El la maneja para que así el ser humano pueda percibir el pago adecuado por hacer prevalecer la orden Divina

El Bar y Bat Mitzvá

En el judaísmo un niño que alcanza 13 años es conocido como Bar Mitzvá.

Una niña que alcanza 12 años es llamada Bat Mitzvá.

Estas palabras significan: “Sujeto a los preceptos" e implica que una persona que alcanza esa edad ya no es considerada por la ley judía como un menor, sino como un adulto. Se le acuerdan nuevos privilegios y derechos religiosos, es porque asume la entera responsabilidad por la observancia de todos los preceptos y mandamientos.

Para marcar este momento decisivo, desde el punto de vista religioso, en la vida de un niño o niña judío, se acostumbra a otorgarle la oportunidad de cumplir en forma pública una Mitzvá que hasta ese momento no estaba obligado a realizar.

Esto generalmente toma la forma de ser convocado a la lectura de la Torá para recitar las bendiciones apropiadas.




 

El cristianismo es una religión monoteísta que reconoce a Jesucristo como su fundador y figura central. Con más de 2.100 millones de adherentes, o cerca de un tercio de la población mundial, es considerada la mayor religión del mundo. Dentro de sus escritos sagrados, comparte con el judaísmo el Tanaj, llamado Antiguo Testamento por los cristianos. Por este motivo es a veces llamada religión abrahámica junto al judaísmo y al Islam.

La palabra “cristianismo” proviene del griego ‘cristiano’, la cual a su vez proviene del nombre propio Jristós, traducción del hebreo "Mesías" que significa "Ungido".

El cristianismo es el nombre con que es conocida la santa religión fundada por Jesús, que tuvo por cuna la ciudad de Jerusalén, en Judea, en tiempos del emperador Tiberio.

El cristianismo engloba numerosas tradiciones religiosas que varían de acuerdo a la cultura y el lugar, así como muchas y diversas creencias y sectas. Desde la Reforma, el cristianismo se representa normalmente como dividido en tres ramas principales:

Catolicismo: con poco más de mil millones de miembros bautizados (amarillo).

Iglesia Ortodoxa: más de 240 millones de miembros bautizados (cian).

Protestantismo: El total a través del mundo es de más de 600 millones de personas (púrpura).

Existen otras denominaciones e iglesias las cuales se identifican como cristianas pero que se alejan por su propia voluntad de la clasificación descrita anteriormente.

En la religión cristiana, los ritos de paso que diferencian los diversos estatus del niño y el joven están representados en el Bautismo, la Primera Comunión y la Confirmación, aunque hay que decir que se pueden realizar tanto en la infancia como en la edad adulta, es más, en algunas de las ramas del cristianismo sólo se llevan a cabo en la edad adulta.

Bautismo

Significa sumergir, y es el rito de entrada o iniciación en la religión cristiana. Consiste en una ceremonia en que la persona es purificada mediante el agua. Es un rito usual por medio del cual se hace una bienvenida al cristianismo. Involucra el rociar o derramar agua en la frente o la inmersión en agua, como símbolo de purificación o de nacimiento a una nueva vida. Tal es el sentido en el cristianismo, en el que el bautismo por inmersión significa a la vez la muerte a la antigua vida de pecado y el renacer a una vida nueva, así como la purificación del pecado original. Una manera de marcar un nuevo nacimiento espiritual. Se puede aplicar tanto a niños como a "creyentes adultos"

En el cristianismo el bautismo es el primer sacramento, y el primer paso que los cristianos dan al entrar en la Iglesia, que según las distintas doctrinas se puede practicar de tres formas: aspersión, infusión e inmersión.



La Primera Comunión

La Primera Comunión no es en si misma un Sacramento sino un rito de celebración del momento en el que el niño accede por primera vez al Sacramento de la Eucaristía, que culmina la iniciación cristiana. A través de ella el creyente participa con toda la comunidad en el sacrificio mismo del Señor. Por primera vez comparte con los otros creyentes el rito de recibir el pan y el vino de la cena sagrada.

La Primera Comunión ya es un acto consciente para el que el niño requiere una preparación anterior que dura un año escolar y en la cual se le introduce en el mensaje de Cristo y en lo que significa el paso que va a dar. La edad a la que se recibe también ha variado a lo largo de la historia, en la actualidad en torno a los 8-9 años. Los niños son los protagonistas absolutos del ritual religioso y también del social, que en ocasiones se parece mucho a una boda: los trajes de los niños recuerdan a los de los contrayentes en un matrimonio, se ofrece un banquete para toda la familia, se hacen regalos costosos, invitaciones, un reportaje fotográfico...

El niño accede a un nuevo status: se le da la responsabilidad de elegir si quiere ser cristiano (en principio es el quien decide hacer la comunión y no sus padres) se le hacen regalos de adulto (relojes, cámaras de fotos, estilográficas...). El niño que hace la comunión siente que ya es algo más que los más pequeños que todavía no han pasado por ese trance y la comunidad religiosa empieza a verle como uno más.

Rito: El niño, junto a sus padres y padrinos, llevará a cabo la renovación de las promesas del Bautismo. En este momento se enciende la vela con el cirio Pascual.

Es un momento muy importante, pues el niño hará conscientemente las promesas que el día del Bautismo sus padrinos hicieron en su nombre. En ese momento el niño pronuncia verbalmente su renuncia a Satanás, a sus seducciones y a sus obras, y se entrega para siempre a Jesucristo.

En este momento la asamblea se pone de pie para pedir juntos y en voz alta a Dios por la fidelidad y santidad del niño que hará su Primera Comunión.

Todos los asistentes pronuncian de pie y en voz alta la oración del Credo en la cual se encuentran resumidas en doce artículos todas las verdades de la fe católica.

A continuación tiene lugar la liturgia eucarística con la comunión como momento culminante.

Después de la comunión se guarda el silencio sagrado, en el cual el niño entra en una conversación íntima con Jesucristo, agradeciéndole todo lo que ha recibido y pidiéndole perdón por todas las ocasiones en que no se comportó como digno hijo de Dios y cayó en el pecado.

La ceremonia finaliza con la Bendición, que con ocasión de la Primera comunión se realiza de una manera más solemne que de costumbre.

Sacramento de la confirmación

Es uno de los siete sacramentos que administra la Iglesia Católica (también administrado en otras confesiones cristianas).

En este sacramento, al confirmando, tras recibir una catequesis previa si tiene edad suficiente, se le pide que acepte de forma libre y consciente las promesas y renuncias realizadas en el bautismo, normalmente por sus padres y durante su primera infancia. Es uno de los sacramentos de iniciación Cristiana y tiene por fin que el confirmando (el que es confirmado) se fortalezca con los dones del Espíritu Santo, completándose la obra del bautismo.

Los siete dones del Espíritu Santo, que se logran gracias a la confirmación, son: sabiduría, entendimiento, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios. El sacramento pretende lograr en el fiel un arraigo más profundo a la filiación divina, que se una más íntimamente con su Iglesia, fortaleciéndose para ser testigo de Jesucristo, de palabra y obra, ya que por él será capaz de defender su fe y de transmitirla, lo que por el sacramento se compromete a hacer activamente.

El término no alude a que el confirmando confirme su adhesión a la fe, sino a que es confirmada su admisión en el seno de la Iglesia por el obispo. La edad recomendada para su administración por la Iglesia Católica es entre los 7 y los 15 años, mejor después de los 12, recomendándose que se aplique de preferencia a los que han alcanzado el uso de razón.

En las iglesias ortodoxas suele practicarse inmediatamente después del bautismo, que viene a completar; en la iglesia católica rige la misma práctica cuando el bautizando ha alcanzado ya la razón en el momento de recibir el bautismo.



 

Como el judaísmo y el cristianismo, el Islam es una religión monoteísta. Como los anteriores, se constituye entorno a un libro; el Corán, un libro sagrado que es palabra de Dios. Recitando fragmentos de este libro, el creyente se encuentra más cerca de Dios, Alá; pero el Islam es una religión eminentemente social. Sus líderes religiosos son, también, líderes políticos. Para sus fieles, la religión es mucho más que cuestión personal; es la realidad entorno a la cual todo gira: individuo, sociedad, economía y cultura. Es una vivencia que abraza y unifica todas las facetas de la vida.

La palabra árabe Islam designa el acto de sumisión completa o dependencia absoluta con respecto a Dios. La palabra muslim o musulmán, aplicada al hombre o mujer que se ha entregado sin reservas a Dios, proviene de la misma raíz de la que deriva Islam: ambas hacen referencia al creyente totalmente sometido a Alá, el invisible, el todopoderoso, el misericordioso.

El Islam, tal vez como ninguna otra religión, experimenta un acelerado proceso de expansión. En el año 1975 se hablaba de un número aproximado de tres cientos millones de fieles; en el 2000, se habla de mil millones, con un ritmo de crecimiento del 3% anual.

El núcleo de la ley islámica se expresa en cinco preceptos básicos, los cinco pilares de la religión que todo buen musulmán debe cumplir:

Shahadah: Creer y confesar que Alá es Dios y Mahoma su profeta.

Salah: Orar cinco veces al día, en dirección a La Meca.

Zakat: Dar la limosna legal, una forma de solidaridad con los más pobres

Sawn: Cumplir el mes de Ramadán.

Hajj: Peregrinar a la Meca al menos una vez en la vida.

El Islam considera que todos los niños que nacen en la tierra nacen musulmanes, luego la educación recibida por parte de sus padres y educadores hace que sigan esa fe o cualquier otra, judía, católica, budista, etc. En sentido literal muslim (musulmán) quiere decir “aquel que se somete a lo real y único”. Islam, de la misma raíz que muslim, significa precisamente ese sometimiento o adecuación a lo real. Por este motivo no hay ninguna ceremonia por la que los padres se comprometan a educar a sus hijos en la fe musulmana, al igual que el momento de escoger el nombre del niño; los padres realizan esa decisión cuando ellos quieren, sin necesidad de realizar ninguna celebración.

Una oración, el adhán

Lo que sí encontramos en la Sunnah del profeta es la recomendación de recitar el adhán, la llamada de oración en el oído del recién nacido. El sentido de esta oración, que puede ser recitada por la madre o por el padre del bebé, es sensibilizarlo, desde su llegada al mundo, a la adoración y a la revelación divina. Su traducción aproximada sería:

“Dios es el más grande. Testifico que no existe dios sino Allah.

Testifico que Muhámmad es el mensajero de Allah. Venid prestos a la oración.

Venid prestos a la prosperidad. Dios es el más grande. No hay dios sino Allah.”

Una costumbre, la aqiqa

Respecto a la forma de celebración familiar y social del natalicio, depende mucho del ámbito cultural en el que se produce. Normalmente la familia sacrifica un animal como forma de agradecimiento a Dios; puede ser un cordero o un gallo, en función del nivel económico de la familia, y reparte la carne entre los familiares y amigos. Algunas veces se invita a los hermanos y vecinos a una comida con motivo del nacimiento. Esta costumbre islámica, denominada aqiqa, tiene, por ejemplo, una gran importancia en el ámbito social magrebí.

Malik dijo: “Lo que hacemos con respecto a la aqiqa es que si alguien hace una aqiqa por sus hijos, da una oveja tanto por los varones como por las hembras. La aqiqa no es obligatoria pero es conveniente hacerla, […]. Si alguien hace una aqiqa por sus hijos, se aplica la misma regla que para el resto de los animales de sacrificio: no deben usarse animales tuertos, depauperados, heridos o enfermos, y ni la carne ni la piel pueden ser vendidas. Se rompen los huesos y la familia come la carne y da parte de ella como sádaqa. No se unta al niño con la sangre.”

(1) (Imán Malik. Al Muwatta. Libro 26. La Aqiqa. Centro de Documentación y Publicaciones de Junta Islámica. Almodóvar del Río. 1999)

Pubertad: El comienzo de la vida sexual

El deseo sexual se despierta en los seres humanos en la edad de la pubertad. La definición legal islámica de pubertad (bulug) viene determinada por alguno de los siguientes aspectos:

1 Edad: quince años lunares para los niños y nueve para las niñas.

2 Cambios internos: En los niños, la primera emisión nocturna. El semen se acumula en los testículos desde el inicio de la pubertad en adelante y se puede producir más semen del que el sistema pueda asimilar; cuando esto sucede, el semen es expulsado durante el sueño. Esto es conocido como polución nocturna y sueño húmedo o ihtlam en árabe. En las niñas, la menstruación. Justo desde su nacimiento, los ovarios de las niñas contienen alrededor de 400.000 óvulos inmaduros; en la pubertad, los óvulos comienzan a madurar, normalmente uno cada mes. Si el óvulo no es fertilizado; éste, junto con el revestimiento del útero, es desechado en la forma que es conocida como menstruación y período o hayd en árabe.

3 Cambios físicos: crecimiento de vello en la parte inferior del abdomen.

Puesto que el deseo sexual comienza en la pubertad, y que el Islam dice que el deseo sexual debe ser satisfecho solamente mediante el matrimonio, el matrimonio, por lo tanto, está permitido tan pronto como el niño y la niña alcancen la edad de la pubertad. En el caso de las chicas, no solamente se les permite que se casen tan pronto como lleguen a la madurez, sino que también se les recomienda tal matrimonio. Tales enseñanzas se basan en que el Islam desalienta a las chicas de posponer sus matrimonios debido a la educación; en cambio, dice que las chicas deben llegar a casarse y entonces continuar su educación si así lo desean.

Pero justamente la madurez física no es suficiente para una vida de casados, la madurez mental (rushd) es igualmente importante. Por otra parte, y no obstante, nuestro actual modo de vida ha llegado a ser tan complicado que ha aparecido una considerable separación entre la pubertad y la madurez debido a cuestiones financieras y sociales.

Consecuentemente, no es fácil para los chicos y chicas de nuestra era casarse tan pronto como sean maduros físicamente.

La circuncisión en el Islam

En el Islam la circuncisión o Jitán no es una imposición o Fard, sino una Sunna o costumbre que se heredó de la cultura judeocristiana y se realiza acompañada de una celebración a los hijos varones al cumplir los 13 a 15 años dependiendo del país o corriente islámica.

La circuncisión se cita en numerosas ocasiones en el Antiguo Testamento de la Biblia. Abraham y su familia fueron los primeros circuncidados, a partir de que Dios se apareciera a Abraham y le indicara las condiciones de su alianza con el pueblo judío (Génesis, XVII): "He aquí mi pacto contigo: serás padre de una muchedumbre de pueblos, de los que saldrán reyes. Tú, de tu parte y tu descendencia, circuncidad a todo varón, circuncidad la carne de vuestro prepucio y esa será la señal de mi pacto entre mí y vosotros. A los ocho días de edad será circuncidado todo varón entre vosotros, de generación en generación, tanto el nacido en casa como el comprado por dinero a cualquier extranjero que no sea de tu linaje".

El Ramadan

Todo musulmán y musulmana, desde el momento en que llega a la pubertad, debe realizar cinco oraciones diarias (as-salât). Para poder comenzar la oración se debe en primer lugar realizar la ablución (al-wudû) en la forma prescripta. Luego situarse en dirección a La Meca y poner la intención de que está por realizar la oración específica del momento con el fin de aproximarse a Dios.

El Ayuno del Ramadán tiene carácter obligatorio para todo musulmán, hombre o mujer, cuando llega a la pubertad, lo que se produce normalmente alrededor de los 14 años. Debe estimularse a los niños menores a iniciar esta práctica, a niveles sencillos, para que cuando cumplan la edad de la pubertad se encuentren, mental y físicamente, preparados para observar el Ayuno.



 

Los Bahá'ís :Una Comunidad Mundial

Fundada hace un siglo y medio, la Fe Bahá'í es hoy en día una de las religiones mundiales de mayor crecimiento. Los bahá'ís residen en más de 116.000 localidades distribuidas por todo el mundo y cuenta con más de cinco millones de seguidores repartidos por no menos de 232 países y territorios dependientes.

El Fundador de la Fe Bahá'í fue Bahá'u'lláh, un noble persa de Teherán, quien a mediados del siglo XIX cambió una vida principesca por otra de persecución y privaciones. Bahá'u'lláh proclamó ser nada menos que un nuevo Mensajero de Dios. Su biografía, obra e influjo presentan un marcado paralelo con la vida de Abraham, Krishna, Moisés, Zoroastro, Buda, Cristo y Muhammad. Los bahá'ís ven en Bahá'u'lláh a la Manifestación de Dios más reciente en la línea sucesiva de Mensajeros Divinos.

La unidad es el mensaje fundamental proclamado por Bahá'u'lláh, al enseñar que hay un solo Dios y una sola raza humana, y que las religiones diversas del mundo han constituido etapas en la revelación de la voluntad divina. "En este día -afirma Bahá'u'lláh- la humanidad ha llegado a su madurez colectiva. Tal y como lo prometían las escrituras de todas las religiones, ha llegado la hora en que los pueblos del mundo habrán de integrarse pacíficamente en una sociedad global. "La Tierra es un solo país y la humanidad sus ciudadanos".

La Fe fundada por Bahá'u'lláh posee un sistema administrativo universal por el que cada año se eligen órganos bahá'ís de gobierno en más de 18.000 localidades.

Las Escrituras Bahá'ís y las actividades de todo género emprendidas por sus seguidores abarcan prácticamente todos los dominios de la vida actual, desde las nuevas formas de concebir la diversidad cultural y la conservación del medio ambiente, a la descentralización de la toma de decisiones, pasando por un compromiso renovado hacia la ética y la vida familiar, sin omitir la llamada a un "Nuevo Orden Mundial".

Guardián de la Fe Bahá’í

carta a un creyente, 24/12/ 1943


En la fe bahá'í no hay ritos ni ceremonias preestablecidas.

Entre las enseñanzas de Bahá’u’lláh se halla la promoción de la educación. Cada niño debe ser instruido en las ciencias, tanto como sea necesario. Si los padres pueden proveer los gastos de su educación, está muy bien, en caso contrario, la comunidad debe proporcionar los medios para la enseñanza de este niño.

Educación Bahá’í, pág 28

Desde el principio mismo, las madres deben criar a sus infantes en la cuna de la buena moral – porque ellas son las primeras educadoras- de modo que, cuando el niño llegue a la madurez, demuestre estar dotado de todas las virtudes y cualidades meritorias.

Además, de acuerdo con los divinos mandamientos, cada niño debe aprender a leer y escribir, y adquirir las ramas del saber que son útiles y necesarias, así como aprender un arte u oficio. Debe dedicarse el mayor cuidado a estos asuntos; cualquier negligencia o descuido no son permitidos.

La causa esencial de la perversidad, es la ignorancia, y por lo tanto, debemos aferrarnos a las herramientas de la percepción y el conocimiento. El buen carácter debe ser enseñado. El individuo debe ser educado a tan alto grado que prefiera cortarse la garganta antes que decir una mentira, y pensaría que es más fácil ser herido por una espada o traspasado por una lanza que decir calumnias o dejarse llevar por la ira.

La escuela para los niños debe ser un lugar de máxima disciplina y orden, la instrucción debe ser completa, y deben tomarse medidas para la rectificación y refinamiento del carácter, de modo que, en sus más tempranos años, dentro de la esencia misma del niño, sea echado el cimiento divino y erigida la estructura de santidad. La escuela para niñas tiene prioridad sobre la escuela para varones, pues corresponde a las niñas de esta gloriosa era, ser versadas en las diferentes normal del conocimiento, en ciencias y artes y en todas las maravillas de este tiempo preeminente, para que ellas puedan educar a sus hijos e instruirlos desde sus más tempranos días en la senda la perfección.

Educación Bahá’í, pág 53



Pregunta: Con respecto a la edad de la madurez en relación con los deberes religiosos.

Respuesta: La edad de la madurez es de quince años, tanto para hombres como mujeres.

Bahá’u’lláh, Kitab-i-Aqdas pregunta 20, pág. 117-118

Os hemos prescrito orar y ayunar a partir del comienzo de la madurez; así lo ordena Dios, vuestro Señor y Señor de vuestros antepasados. Él ha eximido de ello a los débiles por causa de enfermedad o edad, como un favor de Su Presencia, y Él es el Perdonador, el Generoso…

Bahá’u’lláh, Kitab-i-Aqdas párrafo 10, pág. 26

Las oraciones obligatorias rigen para hombres y mujeres desde la edad de la madurez, que se fija en quince años.

Bahá’u’lláh, Kitab-i-Aqdas hipnosis y codificación, pág. 152



 


La infancia es una etapa en la que los niños y niñas gitanos conocen una extraordinaria libertad y permisividad que no tiene igual en otra época de su vida. En la medida en que se pueda y el tiempo que sea posible, se les consiente todo y se evita imponerles más normas que las estrictamente necesarias. Además, se valora que sean espabilados, astutos, que muestren iniciativa y energía. Posiblemente, esta permisividad es una pauta cultural que prepara a los hijos e hijas gitanos para un futuro en el que la resistencia forma parte de su vida por pertenecer a una minoría étnica y porque necesitarán tener confianza en lo suyo y pasar de lo de los demás para poder subsistir como cultura –siempre teniendo en cuenta la diferencia de género en este aspecto.

El bautismo, considerado como una redención de los pecados sólo puede llevarse a cabo a una edad en la que el sujeto lo realice de manera consciente y voluntaria, por ello, la Iglesia Evangélica de Filadelfia rechaza la práctica de este rito a una edad temprana en la que se carece de uso de razón.

El aprendizaje de los niños gitanos en su propio ambiente gira en torno a la familia, y tiene como objetivo la transmisión de los valores y normas del grupo así como de la cualificación necesaria para desempeñar una función dentro del ámbito laboral familiar (tradicionalmente relacionado con la venta ambulante, el intercambio comercial y aquellos oficios que puedan desarrollarse con una cierta autonomía).

En sociedades patriarcales, como la sociedad gitana, en la que se dan unas relaciones desiguales entre hombres y mujeres, niños y niñas son socializados de manera diferentes, en función de las diferentes expectativas, roles y tareas que se espera que, posteriormente, desarrollen cuando sean adultos.

El paso a la mocedad viene dado, básicamente, por los cambios fisiológicos propios de la pubertad y da paso a la edad adulta con el matrimonio y, especialmente, con el nacimiento del primer hijo, que lo consolida. Cuando salen de la infancia, los jóvenes gitanos ya tienen ciertas responsabilidades y roles asumidos. La realidad de la situación económica familiar parece ser uno de los factores determinantes en cuanto a la edad concreta y la intensidad en que se asumen este tipo de responsabilidades. La marginación de una parte de la población gitana hace necesaria la temprana incorporación de los niños y niñas al mundo laboral, tanto en el ámbito doméstico como fuera de él. Así, los mozos ya han aprendido a participar en las actividades de subsistencia familiar y paralelamente se les otorgan responsabilidades en la vida social de la familia y un poder de decisión (especialmente entre los chicos) que se ve respetado por los adultos.

La mayoría de los gitanos españoles se encuentran adheridos a la que es conocida como Iglesia Evangélica de Filadelfia.

En este punto la Iglesia Evangélica de Filadelfia ha introducido un factor innovador. En primer lugar, el hecho de que sus creencias religiosas se fundamenten en la Biblia ha facilitado el acercamiento del gitano a conocimientos de carácter histórico así como al incremento de sus habilidades lingüísticas gracias a la lectura de este libro.

Esta iglesia ha llevado a cabo una labor muy importante, promoviendo incluso el aprendizaje de la lectura de aquellos gitanos que no saben leer, para que les sea posible acceder a la Biblia.

Por otro lado la celebración del Culto constituye también un lugar de aprendizaje para los asistentes. La lectura de la Palabra por parte de los Pastores va siempre unida a la explicación de su significado.



 


Los ritos africanos son innumerables; unos subyugan las relaciones entre el individuo y su grupo social; y otros regulan las relaciones de lo humano con lo trascendente, uno de los objetivos del ritual del nacimiento es separar al recién nacido del lugar del que viene, que es el de los antepasados.

La primera vez que se le coloca en la espalda de la madre, la aparición del primer diente, el destete, son motivo de ceremonias que imprimen la noción de lo sagrado incluso antes de que el niño tenga conciencia de ello.

La religión africana se centra en los seres humanos más que en los fenómenos naturales o en los seres sobrenaturales, aspira a promover los valores humanos en la comunidad, el nacimiento es sólo el comienzo del proceso para llegar a ser muntu (persona viva o difunta).

En África se llevan a cabo diversas ceremonias y ritos. Estas costumbres se basan en la creencia de que algo dentro de las personas sobrevive a la muerte.

El nacimiento se ve como una transición del mundo de los espíritus ancestrales al de los humanos.

Ceremonias para poner nombre al recién nacido

El libro Ghana in Retrospect (Ghana en retrospectiva) dice:

“Antes del octavo día, se supone que el niño no es humano. Todavía conserva algunos lazos con el mundo del que procede”.

“Dado que el nombre es lo que, por así decirlo, humaniza al recién nacido, si la pareja teme que su hijo pueda morir, postergan darle un nombre hasta que están seguros de que sobrevivirá.”

Por lo general, se mantiene al niño dentro de la casa durante los primeros siete días de vida y no se permite que nadie ajeno a la familia lo vea. Si un niño muere antes de recibir un nombre no es real ni totalmente un ser humano, sino una especie de espíritu que aspiraba a ser hombre.

La ceremonia de dar nombre al recién nacido introduce al niño en la compañía, o el mundo, de los seres humanos.

Un anciano de la familia suele oficiar esta celebración.

La ceremonia difiere de un lugar a otro, pero por lo general incluye, entre otros ritos, libaciones y rezos de agradecimiento a sus espíritus ancestrales por la llegada sin contratiempos del recién nacido. El punto culminante de la ceremonia se produce cuando se anuncia el nombre del niño.

Aunque los principales responsables a la hora de escoger el nombre son los padres, a menudo pesa mucho la opinión de otros parientes. Algunos nombres encierran un significado simbólico en el idioma local, como por ejemplo “Se marchó pero volvió”, “Mamá está aquí por segunda vez” o “Papá ha regresado”. El significado de otros nombres busca impedir que los espíritus de los antepasados se lleven al recién nacido al mundo de los muertos.

Llamarlo de cierta forma en honor de alguien, así como ponerle un nombre que refleje las circunstancias que rodearon su nacimiento son costumbres admisibles, y decidir cuándo hacerlo, en algunos lugares, es una cuestión personal.

Entre los Akan, por ejemplo, asignar nombre a los hijos es privilegio de los hombres porque solamente los hombres son considerados capaces de ser protectores espirituales.

Las Iniciaciones: El más importante de los ritos de pasaje a la edad adulta es el de la pubertad. Existen cultos paralelos para hombres y mujeres, y ambos practican la exclusión del otro sexo en los rituales.

Consisten generalmente en modificaciones de los órganos sexuales o sacrificios llamados "tribales": la abrasión de los dientes (Saras del Chad, Nubas de Sudán o los Mongos del Zaire), colocarse labros o discos en los labios o en la nariz. Todas estas transformaciones hacen que los cuerpos de los adolescentes pasen del dominio de la naturaleza al de la cultura y los trasladan de las libertades de la infancia a la realidad de la vida adulta.

Van Gennep (1986) afirmaba que los ritos de iniciación no son ritos de pubertad física porque no coinciden con la pubertad fisiológica, sino con una pubertad social cuyas edades varían en función del sexo, de las etnias, de la localización espacial de éstas y de la densidad demográfica de los grupos.

La significación de estos ritos de iniciación es compleja y cada una de las fases que los componen está pautada culturalmente por unos elementos, unos personajes y unos contenidos rituales específicos. El kaseo (iniciación masculina) y el ñyakaa (iniciación femenina) significan el paso de la infancia a la pubertad, primer estadio de la vida adulta.

El hecho de marcar el cuerpo de los adolescentes, tanto femeninos como masculinos, forme parte del rito de paso a la edad adulta. Este ritual permite a los niños y las niñas el acceso futuro al mundo de los adultos. El hecho de llevar esta "marca" de por vida simboliza que su unidad al grupo también será de por vida. Se trata de una cuestión de pertenencia, estás dentro o estás fuera.

En la primera fase, los niños son separados de la comunidad y sus órganos son modificados (depende de los tribus y zonas). Con esta modificación física se marca la ruptura con la etapa anterior, la infancia, y va asociada a la sangre y el dolor.

La segunda fase, de marginación, tiene una duración que depende del tiempo de cicatrización de la herida y del proceso de aprendizaje de los iniciados. En esta fase los iniciados deben pasar seleccionadas pruebas y enseñanzas morales y sociales. La formación se da en la selva en lugares aislados de los poblados, en calveros de zonas boscosas, en los bosques sagrados (entre los Senufos), en los recintos más o menos artificiales (entre los Saras).

En la costa de Benin se realiza en conventos, chozas agrupadas en terrenos muy cerrados, consagrados a un vudú. La duración de las estancias es variable, algunas pueden durar años.

La tercera fase es la de la vuelta a la comunidad, una vuelta celebrada con danzas simbólicas, música, comida...



 



Mitos y tradiciones en el embarazo y alumbramiento

La mujer embarazada debe proteger sus pensamientos. Se cree que todo aquello que ella hace y ve influirá en su hijo no nacido. Según la tradición, lo que afecta a la mente de la mujer afectará también al corazón y a su bebé en el útero. Una mujer embarazada lee buena poesía, no chismorrea, ni se ríe fuertemente, ni mira colores chillones, o pierde la paciencia. Muchas mujeres leen cuentos hermosos antes de dormir. Y, el sexo está prohibido durante el embarazo.

Hay muchos tabúes antiguos con respecto a los alimentos que las mujeres chinas comen durante el embarazo. Se cree que si una mujer encinta come alimentos que no son cortados apropiadamente o triturados, su niño sufrirá indisposiciones. O si come alimentos que la luz coloreó, el bebé nacerá peladito.

Muchas personas creen también que no debe acometerse ningún trabajo de construcción en la casa de una mujer embarazada. Martillear o serrar podría llevar a un aborto o deformidad fetal. Las mujeres encinta nunca deben asistir a los funerales. Para espantar a los malos espíritus las mujeres chinas pueden dormir con cuchillos bajo su cama. A menudo un recorte de papel en forma de tijeras es colgado de las cortinas de la cama y pieles de tigre son tendidas sobre la cama.

Se estima de mala suerte para el bebé las tormentas y muchos partos se producen después de algún chaparrón tormentoso. La abuela materna será quien compre la canastilla del futuro bebé. Un mes antes de la fecha prevista para su nacimiento envía a su hija un paquete de ropa llamado tsue shen o adelantar la espera. En él hay una tela blanca para poder envolver el recién nacido. La abuela materna tendrá que esperar tres días desde el nacimiento del bebé para poder visitarlo y llevarle todo su equipo de ropa y demás utensilios.

Para anunciar el nacimiento de un bebé, los padres mandan dinero y vino a sus suegros. Los lazos que ostentan las botellas de vino revelan el sexo del bebé. También mandan huevos rojos a la familia más cercana y amigos, un número par si es chica e impar si es chico. A menudo también se envían cajas de fruta. Los obsequios que reciben los nuevos padres suelen incluir dos clases de bizcocho, azúcar moreno, mijo, huevos y nueces.

Después del parto para las madres chinas "se sienta el mes". El primer mes se considera un tiempo de recuperación intensivo para la nueva madre. Es liberada de los deberes de la casa y se sienta en su cama para cuidar únicamente de su nuevo niño. En casas todavía muy tradicionales todavía el marido se ausenta. Algunas madres rellenan la almohada de su bebé con arroz o frijoles para dar a la cabeza del bebé una forma apropiada. Y para conseguir unas piernas rectas y firmes muchas madres sujetan delicadamente los tobillos de sus bebés con una cinta ancha para, de esta manera mantener sus pies en una posición adecuada. Antiguas creencias indican que los malos espíritus acechan a los niños, para conjurar estas amenazas los padres ataban campanitas doradas en las muñecas y tobillos del bebé con el fin de alejar a estos espíritus. En la China Meridional se sujeta un amuleto en los pantalones del padre y se colocan cerca de la cama de niño con la esperanza de que los espíritus sean atraídos por ese sortilegio y olviden al niño.

Cuando un bebé nace frágil, los padres solían solicitar a sus amigos pedacitos de tela para coserlos sobre el abrigo y de esta forma disfrazar al niño como un mendigo y engañar al espíritu. En épocas de epidemias y enfermedades contagiosas las madres protegían a sus niños cosiendo tela roja en su ropa. Y desde que los tigres fueron considerados protectores contra los demonios, muchos chicos chinos levaban tigres bordados en sus zapatos.

El nombre del bebé

Los chinos no conciben poner nombre a un niño que todavía no ha nacido. De hecho, son dados a ponerles nombres falsos, o “nombres de leche”, con el fin de ahuyentar a los malos espíritus. La sabiduría antigua enseña a los padres a referirse a su bebé como si de un animal se tratara o como sinónimo de fealdad con el fin de engañar a los espíritus y que de esta forma renuncien a la posibilidad de un rapto.

Cuando el niño es más mayor le es asignado su nombre. El niño chino tiene a veces hasta cuatro o cinco nombres distintos: uno para la niñez, otro para la escuela, otro para después de su graduación, e incluso otro para después de su muerte.

El Zodiaco chino

Para un recién nacido es también importante en China la hora, día, mes y año de nacimiento ya que ellos definirán los Ocho Caracteres de su nacimiento. Los Ocho Caracteres se consideran tan importantes como para gobernar la vida del niño. Ellos predicen si un niño tendrá éxito o será bendecido por la buena fortuna. Los padres pueden también consultar a algún adivino que pueda leer su fortuna.

Los chinos creen que cada persona está compuesta de los cinco elementos - metal, madera, agua, fuego y tierra.- Si un adivino percibe que un niño carece de un elemento importante, el elemento perdido se incorporará en su nombre, a menos que el elemento perdido sea el fuego o el agua. Si agua o fuego están ausentes, se considerará un buen presagio. Se cree que un niño con demasiado fuego podría ser herido por el fuego en su vida, y para un niño con demasiada agua habrá de tenerse especial cuidado para que no se ahogue.



En los primeros 100 días de la vida del niño hay por lo menos cinco acontecimientos importantes. En la mañana del tercer día, el bebé chino toma su primer baño. La comadrona oficia esta ceremonia que es asistida por amigos y parientes femeninos. La comadrona se sienta con la madre en su cama rodeada por un cedazo de paja, un espejo, un candado, una cebolla, un peine y un peso. Se hará también una ofrenda de incienso a los dioses, cerca del lecho. El bebé es bañado en agua caliente hervida con plantas de Artemisa.

Hay seda roja y un amuleto del dinero ceñido alrededor del barreño. Los huéspedes colocan una pieza de fruta o un huevo coloreado en el agua. Cada invitado vierte una cucharada de agua fresca en la palangana y ofrece un pequeño obsequio de plata al bebé.

La celebración más importante se lleva a cabo cuando ha transcurrido un mes desde el nacimiento y la madre abandona su habitación. La familia y los amigos cenan y celebran el acontecimiento durante toda la noche. Obsequios de dinero son ofrecidos en brillantes sobres rojos y al bebé se le coloca una cadenita con un cierre de oro o plata alrededor del cuello que simboliza su atadura a este mundo.

En el día centésimo algunas familias chinas tienen otra celebración, los amigos y la familia llevan pescado y pollo al hogar del niño. Cuándo el pollo se cocina, la lengua se frota en los labios del bebé para hacer del niño un buen orador. Y el abuelo paterno presentará al bebé en una mecedora.

Tradicionalmente, los primeros cumpleaños del niño se celebran también con banquetes y grandes ofrendas a los dioses. Los padres colocan también diversos objetos en una cesta: una pluma, plata, el sello oficial, alguna labor de costura y algunos juguetes, y le ofrece la cesta al niño. El objeto que el bebé toma revela el futuro del niño.

El obsequio tradicional de primer cumpleaños es un anillo de oro que servirá para proteger al bebé durante los tiempos difíciles. Una larga barra de pan, yu char kuei, es ofrecido al niño por primera vez. Se cree que lo ayudará a aprender cómo caminar.

El día que el niño comienza a andar, un pariente irá detrás de él con un cuchillo dibujando tres líneas en el suelo. Los chinos creen que hilos invisibles alrededor de los tobillos del niño lo atan a vidas anteriores. Con el corte de estos hilos el niño quedará libre para el resto de su vida.

Antiguamente, cuando los hijos varones de las familias nobles alcanzaban la mayoría de edad, se celebraba una ceremonia llamada guanli.

En la dinastía Zhou (siglo XI a.C. -256 a.C.), el guanli solía celebrase en el templo de los antepasados de la familia cuando el joven cumplía 20 años. Presidida por el padre y presenciada por numerosos invitados, dicha ceremonia constaba de tres ritos en los que se entregaba al joven tres tipos de guan (corona): la primera, de lino negro, simbolizaba la preeminencia de la nobleza; la segunda, hecha de piel, representaba que de ahí en adelante el joven estaba obligado a prestar servicios militares; y la tercera, de lino rojo oscuro, simbolizaba su derecho a intervenir en las actividades públicas.

Ni que decir tiene que en las familias comunes y corrientes esta ceremonia era mucho más sencilla, puesto que lo único que hacía el joven era recogerse el pelo suelto formando un moño y sujetarlo con un pañuelo. Por lo tanto, antiguamente los niños llevaban el cabello suelto y los adultos lo llevaban recogido.

Hoy en día se suele creer que el guan era una especie de gorro. Sin embargo, no lo era, puesto que con él la cabeza no quedaba totalmente cubierta. En realidad, era una especie de corona que servía para recoger y atarse el pelo formando un rodete. Sus diversas formas, dependientes del material empleado (oro, jade, bambú, piel o lino), simbolizaban las diferencias en posición social y situación económica.

Por lo general, una muchacha solía considerarse adulta y casadera al cumplir los 15 años. Las jóvenes que accedían a esta nueva situación debían trenzarse el pelo, enrollarlo formando un moño y sujetarlo con un tipo de horquilla llamada ji, de ahí que las ceremonias celebradas con ocasión de la mayoría de edad de las jóvenes se llamasen jili.

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