La vida del hombre se desarrolla a lo largo del tiempo. En él suceden los acontecimientos y los modos de pensar que forman la historia del mundo. El calendario regula la vida civil, social, religiosa y litúrgica. Cada cultura o religión tiene sus fiestas y días señalados que en muchos casos tienen más en común unas con la otra que lo que pensamos.

Le invitamos a conocer una pequeña parte de esta riqueza cultural escuchando, creando y disfrutando juntos.

Si conoces cosas interesantes sobre este tema por favor mándanoslas.

Gracias

 

Introducción

Calendario Cristiano

Calendario Islámico

Calendario Budista

Calendario Chino

Calendario Japonés

Calendario Judío

Calendario Bahá'í

 

INTRODUCCIÓN

La vida del hombre se desarrolla a lo largo del tiempo, en él suceden los acontecimientos y los modos de pensar que forman la historia del mundo. De ahí que el hombre, desde su origen, haya intentado medir el "tiempo" del modo más exacto posible.

El calendario regula la vida civil, social, religiosa y litúrgica, de ahí su enorme importancia. En él distinguimos un aspecto técnico-matemático -basado en la Astronomía y que determina sus tipos esenciales: calendario lunar, calendario solar y calendario lunisolar- y otro que presenta la evolución histórica que interesa al historiador, ya que supone la fijación cronológica de los sucesos.

La voz "calendario" procede de calendas y según Pérez Millán "es la combinación de elementos cronológicos y consiguiente distribución del tiempo, usada en cada país para regular la actividad humana, señalando los días y épocas laborales y las festividades religiosas y civiles". Dicho de un modo más sencillo, son las reglas que determinan la forma más exacta posible de medir el tiempo. A lo largo de la vida de la Humanidad encontramos varios calendarios: el romano, el cristiano medieval, el eclesiástico, el moderno, el republicano francés, el musulmán, el azteca...


Es la unidad esencial y la división más natural del tiempo. Podemos distinguir tres tipos:

El día natural. Es el período de luz que se inicia con la salida del sol y termina con su ocaso, teniendo una duración variable -15 h. 6' a 8 h. 54', siendo en los dos equinocios 12 h. 60'- según las estaciones.

El día astronómico. Es el tiempo que utiliza la tierra en girar sobre su propio eje, con una duración de 23 h. 56' 4''.

El día civil. Es la medida convencional de 24 horas de 60 minutos cada una

 

Es la más antigua medida del tiempo, el término, desde el punto de vista etimológico, proviene de la voz latina "mensis" y hace referencia a lo que dura una lunación. Como en el caso del día diferenciamos varios meses:

El mes lunar. Puede ser de "las fases" que es el tiempo comprendido entre dos fases lunares, es decir entre dos novilunios, y tiene una duración de 29 días 12 horas, 44' y 2,8''. (Sideral tiempo que necesita la luna para completar una órbita y volver a la misma posición con relación a una estrella, su duración es de 27 días, 7 horas, 43' y 11,5''.)

El mes solar. Es el avance de 30º que realiza la tierra sobre la elíptica en su vuelta alrededor del sol. Tiene una duración de 30 días, 10 horas, 29' y 3''.

El mes civil. Duración convencional que puede ser de 29 y 30 días cuando se trata de un calendario lunar y 28-31 si es solar.

 

El origen etimológico de la palabra "año" provendría del término "annus", debido a la traslación de la tierra alrededor de sol, que por la inclinación de la elíptica produce, entre otras cosas las estaciones.

El año astronómico. Es la duración del fenómeno celeste que se toma como base, de ahí que podamos encontrar los siguientes:

El año lunar. Formado por 12 lunaciones, con una duración de 344 días, 8 horas, 48' y 36''.

El año sideral. Se puede definir como el espacio de tiempo que transcurre "entre dos pasos consecutivos del sol por un mismo punto del cielo en relación a las estrellas, al seguir una elíptica de 360º. Tiene una duración de 365 días, 6 horas, 9' y 9,5''.

El año trópico o solar. Es el tiempo que transcurre entre dos pasos seguidos del sol por el punto vernal, siguiendo la trayectoria de la elíptica. Se le da una variación media de: 365 días, 5 horas, 48' y 48''.

CALENDARIO CRISTIANO

 

Calendario elaborado por el astrónomo griego Sosigenes de Alejandría, pero fue Julio César (de quien toma su nombre) quien lo difundió por todo el Imperio romano en el año 46 a.C. La era Juliana comienza en el año 45 a.C.; muy poco utilizada. Este se llama año de confusión, debido a que se tuvieron que añadir 85 días para compensar los errores acumulados. Para ello, se agregaron dos meses entre noviembre y diciembre, uno de 33 días y otro de 34, además del mes intercalado de febrero.

La reforma juliana era, en esencia, el Calendario Egipcio según la reforma de Cánope. Consistió en tomar como inicio el año 1 de enero, en lugar del tradicional 1 de marzo. Consta de 365 días divididos en 12 meses, excepto los años bisiestos que tienen 366 días, y añaden un día adicional el mes de febrero. El calendario juliano cuenta como bisiestos todos los años cuyo número es divisible por 4, aunque terminen en doble cero. Con este calendario se comete un error de 7,5 días cada 1.000 años. El día adicional se añadía tras el 23 de febrero (sexto calendas de marzo), por lo que recibía el nombre de bisexto calendas de marzo, de donde viene el nombre de bisiesto. El equinoccio vernal debía ser el 25 de marzo.

Los meses quedarían así: 1 januarius (31 días), 2 februarius (29 o 30 los años bisiestos), 3 martius (31 días), 4 aprilis (30 días), 5 maius (31 días), 6 junius (30 días), 7 julius (31 días), 8 augustus (30 días), 9 september (31 días), 10 october (30 días), November (30 días), December (31 días).

 

El Calendario Gregoriano es aquel impuesto por el papa Gregorio XIII en el año 1582 y que sustituyó al Calendario Juliano para perfeccionar el ajuste en el calendario y el año solar.

El calendario gregoriano establece 97 años bisiestos cada 400 años y, para ajustar el desfase desde el año 45 a.C. y el año de su implantación, adelantó 10 días: el 5 de octubre de 1582 se contó como 15 de octubre.

El calendario se adoptó inmediatamente en los paises bajo la influencia de la Iglesia Católica. Sin embargo este calendario no se implantó en Gran Bretaña hasta 1752, en Rusia hasta 1918 y en Turquía hasta 1927.

CALENDARIO ISLAMICO

El Calendario Islámico o Arabe es un calendario lunar, los años se componen de 12 meses lunares o lunaciones, y forma ciclos de 30 años, de los cuales son bisiestos los años 2º, 5º, 7º, 10º, 13º,16º, 18º, 21º, 24º, 26º y 29º. Los años comunes tienen 354 días y los bisiestos 355 días, agregándose a ellos un día al último mes, Dulhiya. Salvo este caso, Maharrem, en que se inicia el año, alternativamente 30 y 29 días. Este calendario tiene su punto de partida en la Hégira, o sea, la emigración del profeta Mohammed y los primeros creyentes de la Mecca a Medina el 16 de julio del año 622 d.C. y dio comienzo a la era musulmana.

Así pues, los años de la Hégira son lunares, como el calendario hebreo y el calendario cristiano, con la diferencia de que éstos intercalan un mes cuando así está indicado.

El calendario islámico, muy análogo al hebreo, nombra el tiempo por las grandes festividades y prácticas religiosas que tienen lugar a lo largo del año. Los nombres de los meses, a pesar de preislámicos, llevan ya, junto con la marcación del tiempo agrícola-ganadero, una buena carga religiosa.

He aquí el nombre y el significado de cada mes:

Primer mes (Febrero/Marzo)
Muharram o Moharrem
Mes sagrado - Año Nuevo
Segundo mes
  Safar o Záfar 
(Partida para la guerra) (Mes de Partida)
Tercer Mes
Rabi-Awwal o Rabi I
Primavera
Cuarto mes
Rabi-Thani o Rabi II
Continuación de la primavera
Quinto mes
Jumada-Awwal  o Djumada I o Yumada I
Verano o mes de la sequía
Sexto mes
Jumada-Thani o Djumada II o Yumada II
Verano II o continuación de la sequía
Séptimo mes
Rajab o Radjeb o Reyéb
Mes del respeto y la abstinencia
Octavo mes
Sha´ban o Chaaban o Chabán
Mes de la germinación
Noveno mes
Ramadán o Ramadhán
Mes del gran calor / Mes del ayuno
Décimo mes
Shawwal o Chaual o Chual
Mes del emparejamiento de los animales
Undécimo mes
Dhu´l-Qa´da o Dhulcada o Dulkada
Mes del descanso
Duodécimo mes
Dhu´l-ijjah o Dhulhidjah o Duhiya
Mes de la peregrinación

El original del nombre de los meses no coincide en muchos casos con la realidad, debido a que no hay un sistema para mantener los meses en la misma estación con respecto al sol, y además los meses retroceden todas las estaciones en ciclos de 32 años y medio.

El mes lunar es de 29 o 30 días (más exactamente 29 días, 12 horas y 40 minutos) comenzando el día de luna nueva, y los días se computan no desde media noche, sino desde que se pone el sol.

Así el año solar o civil, es decir el año de d.C. es de 365 días , tiene 11 días más que los años del Hégiar o lunares y de ahí que 33 años lunares son igual a 32 años y 2 días.

Cinco de los doce meses del año están declarados sagrados.

El calendario islámico, desde sus orígenes, fue lunar, por lo que cada tres años había que añadir un decimotercer mes para evitar que las fiestas, que siempre guardan alguna relación con la agricultura y la ganadería, se desplazasen de su estación. Tuvo que crearse para ello la figura del “Nasi”, un ministro de carácter religioso y civil cuya misión era proclamar los años embolísmicos (dimasah). Algo parecido a lo que ocurría en Roma antes de la reforma juliana del calendario. Pero aún quedaba un remanente de tres días y dos horas, cada dos años que escapaban a la regulación, por lo que la Peregrinación a la Meca, que era lugar sagrado y por tanto de peregrinación antes del islamismo, en el año 10 de la Hégira (632 de la era cristiana) se había desplazado ya de octubre a abril. Mahoma, tres meses antes de su muerte, había prohibido la intercalación de un mes en los años embolísmicos (fórmula copiada de los judíos residentes en Medina), y ordenó que en un período de 30 años, once de éstos fuesen “superabundantes”. Pero tampoco esta fórmula resolvió el problema sino que dejó el calendario islámico en una inestabilidad que hace difícil establecer la correspondencia de cualquier fecha del calendario islámico con el nuestro.


Equivalencia de la era musulmana y cristiana:

Según hemos ya indicado, la era musulmana comenzó el 16 de Julio del año 622 d.C. Por lo cual hay que restar esta cantidad de la era cristiana para calcular la equivalencia con la era musulmana y viceversa, es necesario añadir a la era musulmana esta cantidad para obtener el año cristiano, que corresponde a determinada fecha musulmana. Para obtener la relación de los años de la era cristiana con los años de la era musulmana se resta del año d.C. 622 y se añade 1/32 de la sustracción o se resta.

CALENDARIO BUDISTA

Considerado religión por unos y filosofía por otros, extrae sus fundamentos de la experiencia espiritual del sabio, es decir, del “iluminado”.

Las dos creencias fundamentales de Buda son: Samsara, ciclo de reencarnaciones después de la muerte, y Karma, proceso que une los pensamientos, las palabras, las acciones y su consecuencia con el Cosmo, y atribuye un valor moral a los hechos cumplidos.

El budismo es una de las religiones más importantes del mundo. Fue fundada hace más de 2,500 años al norte de la India. Está fundamentada en los principios de la no-violencia, la gentileza amorosa para todos los seres sensibles, paz, tolerancia y compasión. Promueve que los seres humanos vivan según los maestros de la tradición, siguiendo la ética del equilibrio y buscando llegar a un estado de paz y ecuanimidad sin límites.

 

El Budismo Kadampa es una tradición budista Mahayana fundada por Atisha, el gran maestro budista originario de la India (982-1054 d.C.).

En la palabra "kadampa" ka significa "palabra", y se refiere a las enseñanzas de Buda, y "dam" significa "instrucción especial", y se refiere a las instrucciones especiales que dio Atisha sobre las etapas del camino a la iluminación, conocidas como Lamrim. Entonces un practicante kadampa es alguien que confía en la palabra Buda a través de realizar la práctica de Lamrim.

Los budistas kadampas se esfuerzan en utilizar las enseñanzas de Buda como métodos para transformar todas sus actividades cotidianas en el camino mismo a la iluminación. Ellos buscan integrar el conocimiento que poseen de todas las enseñanzas de Buda en su práctica de Lamrim y aplicar ésta en su vida diaria.

No obstante, el budismo es atemporal y universal, puede ser practicado por cualquier persona en cualquier cultura, sin importar la raza, el género o la edad. No es necesario ser un budista para probar estas técnicas y beneficiarse de ellas.

 

El Budismo Kadampa se introdujo por primera vez en el occidente en 1977 gracias al reconocido Maestro budista Gueshe Kelsang Gyatso. Desde entonces, Gueshe Kelsang ha trabajado incansablemente para el florecimiento del Budismo Kadampa por todo el mundo dando extensas enseñanzas, escribiendo muchos libros profundos sobre budismo kadampa y estableciendo más de 800 centros budistas y grupos de meditación en muchos países.

 

Se divide en dos ramas principales: la secta Soto y la secta Rinzai. La primera es partidaria de alcanzar el satori mediante la meditación, llamada zazen. La segunda, en cambio, si bien acepta la meditación, utiliza una forma directa de llegar al satori mediante la reflexión y estudio del koan.

Ambas ramas, a pesar de ser japonesas, se remontan a la China, donde los budistas de antaño discutían en los mismos términos cuál era el mejor camino para alcanzar la iluminación. Por tanto, esta división no es nueva; antes bien, se puede trazar hasta los orígenes mismos de la escuela Chan, en la China.

El satori es un estado más allá del dualismo del ser o no ser, del bien y del mal, de lo hermoso y lo feo y del Buda y el no-Buda. Es un estado, por tanto, que se alcanza mediante la superación de las percepciones humanas y mediante el entendimiento de que ellas son el reflejo de un mundo al que creemos falsamente eterno e inmortal. El camino para alcanzar el satori, no obstante, no es racional, sino que depende en grado mayor de la intuición.

Las sutras budistas definen la Iluminación de la siguiente manera:

La Iluminación en sí tampoco tiene esencia, por eso, en realidad, no existe.

La Iluminación existe porque existe la ilusión y la ignorancia. Si desaparece la ignorancia también desaparecerá la Iluminación. No existe la Iluminación sin lo ilusorio y no existe lo ilusorio sin la Iluminación.

El que en verdad busca la Iluminación, una vez iluminado, no permanece en ese estado, puesto que la existencia de la iluminación significa todavía la existencia de la ignorancia.

 

Se refiere al budismo en idioma tibetano, conocido también como lamaísmo.

Los tres aspectos de las enseñanzas del Buda se perpetuaron en el Tibet. Todo su contenido viene de la India que los siglos octavo y doce. Gracias al intercambio entre los maestros indios y los tibetanos se lograron conservar las enseñanzas que luego serían perdidas en la India por las continuas invasiones.

Esta importante tradición religiosa ha acumulado por siglos mucha sabiduría sobre la mente humana y también tiene muchísimas técnicas de meditación que se pueden aprender bajo la tutela de un maestro cualificado. La meditación nos conduce a un mayor conocimiento propio y nos ayuda a mejorar nuestra actitud mental en general. El fin de toda esta práctica es lograr beneficiar a todos los seres sensibles mediante el pleno desarrollo de la compasión. Esta es la práctica que enfatiza el budismo que nos llega del Tibet.

(Lankavatara-sutra)

CALENDARIO CHINO


Las sociedades desarrolladas se distinguen por su alto índice de producción frente a un bajo índice de reproducción, lo que genera un vació demográfico que succiona con fuerza los excedentes demográficos de regiones más pobres y más prolíficas. De ahí resulta una mezcla de culturas que contribuye a un fructífero conocimiento recíproco. Hoy en día forman parte de nuestro paisaje urbano los restaurantes chinos, que son la actividad más notoria de este pueblo inmenso en nuestros lares. Gracias a los magníficos calendarios que editan, síntesis del calendario chino y del occidental, tenemos un cierto conocimiento de cuáles son las coordenadas en que se mueve el calendario chino.

Lo que más nos llama la atención a los occidentales no es tanto su sistema de contar los meses y los años, que se parece bastante al nuestro, incluidas las técnicas para fijar la sucesión de años bisiestos (lo hacen mediante la intercalación de un mes lunar según el ciclo de Metón de 19 años, ya nombrado en relación con otros calendarios). Lo más llamativo para los occidentales, y lo que más promocionan de su calendario (propiamente almanaque) es su horóscopo. Pero antes de pasar a él, he aquí unos cuantos datos sobre las singularidades del calendario chino; su año es lunar, compuesto de 12 meses equivalentes a otras tantas lunaciones, de 29 y 30 días, con la adición de una cada cuatro años.

La fecha de la que arranca el calendario chino es el año 2697 a.C. Eso significa que hemos de añadir esa cifra al año que marca nuestro calendario para saber en qué año están los chinos. El año empieza cuando el sol entra en piscis; ese mes tendrá el nombre de primero del año (los nombres de los meses son ordinales, como la lunación más en los años “bisiestos”. Por las referencias de que se dispone, en el siglo XII a.C. tenían el calendario en la situación en que se encontró Julio Cesar más de mil años más tarde el calendario romano, y abordaban la reforma que en nuestro calendario llamamos juliana, y que se refiere a la introducción de los años bisiestos para corregir el diferencial de un día y algo más de la mayoría de los antiguos meses romanos).

Siendo lunar la cultura china, celebran los novilunios y los plenilunios; y cuando añaden una lunación más al año, lo celebran con unos festejos y rituales especiales. En vez de nuestro gran ciclo de cien años (el siglo), tienen el ciclo de 60 años (relacionado con un determinado número de lunaciones) que celebran con grandes festejos. Con esta celebración se inicia realmente un nuevo ciclo y vuelve a iniciarse la numeración de los meses.

Los meses están divididos en dos partes, que se cuentan por el tiempo que tarda el sol en avanzar desde el principio a la mitad de cada signo zodiacal, y desde aquí al final. El mes lunar lo dividen en tres “semanas” de 10 días cada una. Los días 1, 11 y 21 son considerados días especialmente faustos. Los días se denominan por su ordinal (de hecho igual que nosotros, si hablásemos con estricta propiedad). El día chino empieza a medianoche, y está dividido en 12 partes llamadas “Schi”. Cada schi consta por tanto de dos horas, cada schi consta de 8 “Ko”, es decir de 8 Cuartos de Hora; y cada ko consta de 15 “Feu” (Minutos) .

Respecto al horóscopo chino consta, como el nuestro, de 12 casas o eras que son las del Dragón, Serpiente, Caballo, Carnero (única coincidencia de signo con el horóscopo occidental), Mono, Gallo, Perro, Cerdo, Rata, Buey, Tigre y Conejo.

El reinado de cada signo dura un año, y no vuelve hasta haber dado la vuelta a todo el zodíaco: así fueron años del dragón el 1940, 1952, 1964, 1976, 1988, 2000, y lo serán el 2012, etc. De la serpiente, el 1941, 1953, 1965, 1977, 1989, 2001, etc.

Cada uno está bajo el dominio del signo del año en que nació, y vuelve a estar en ese signo cada 12 años. A partir de estos cálculos, que se vienen haciendo desde milenios, determinan los chinos la suerte de cada uno.

CALENDARIO JAPONES

Aunque la vida cotidiana japonesa se rige por el calendario moderno para facilitar las relaciones internacionales, algunas celebraciones religiosas y familiares proceden del calendario antiguo que se basa en el movimiento de la luna, con ciclos de 29,5 días.

El calendario solar se llama en japonés Nizyuusi-settukí (dividido en 24 estaciones) y señala los 24 cambios meteorológicos de un año incluyendo ya que señala el comienzo de las estaciones. A pesar de que un año se divide en 12 meses, de enero a diciembre, esos 24 cambios proceden de la observación durante muchos años de los fenómenos naturales y resultan imprescindibles para escribir un poema japonés

El calendario basado en fenómenos naturales cósmicos del Japón hace que las semanas comiencen el domingo y acaben el sábado.

La denominación del año puede hacerse de dos formas distintas: una según la Era Cristiana y otra según la Era año japonés que se renueva cada vez que cambia la dinastía, es decir, el emperador.

CALENDARIO JUDIO

La cultura cristiana, heredera directa de la cultura judía, mantiene en común con ella una fiesta, la Pascua, y su peculiar situación variable en el calendario. El año judío es solar como el cristiano, pero los meses son lunares: de ahí que cada dos años o tres tenga que añadirse un mes bisiesto para adecuar el cómputo de los meses lunares al año solar, por ello cada año la Pascua, y la Semana Santa que la precede, caen en fechas distintas. Es por tanto la influencia del calendario judío en el nuestro, lo que determina esta peculiaridad no sólo litúrgica, sino también civil. Hay que estar pendiente, pues, del plenilunio de marzo, para cuyo cálculo a largo plazo se han construido diversas tablas o epactas.

El calendario judío es eminentemente religioso (todos lo son, pero de éste tenemos más clara constancia)

Tiene instituida la semana, cuyos días se nombran por ordinales y empezando por el domingo, para ajustarse a los días de la creación del mundo. Los seis primeros días son laborables, y el séptimo, que sí tiene nombre, el “Shabbath” (Reposo), es el día de descanso, como en el relato bíblico. Obsérvese la coincidencia con la manera española de contar los días de la semana empezando por el primer día laborable (en nuestro caso el lunes) acabando en e día de descanso; a diferencia de otras lenguas de nuestra cultura, que empiezan la semana el domingo (día del Sol). Tal como la propia denominación indica, toda la semana está al servicio del sábado, del día de descanso, la gran institución judía, con raíces bíblicas, en torno a la que se fundó una nueva civilización que dio el mayor paso de toda la historia para la abolición de la esclavitud: empezando por el inmenso lujo del descanso sabático también para los esclavos (“no olvides que fuiste esclavo en Egipto”) y continuando por las leyes que limitaban el tiempo y las condiciones de esclavitud.

Al ser la luna la que marca el tiempo en el calendario judío, los meses del año oscilan entre 12 y 13. Con una frecuencia muy complicada de determinar (en el ciclo de Metón, de 19 años, son embolísmicos (de un mes más) los años 6º, 8º, 9º, 11º, 14º, 17º y 19º. (esto ya en la reforma del rabí Samuel a.C) que vino a poner orden en un calendario absolutamente variable, en el que las fiestas caían fuera de la estación que les daba sentido. Con esta reforma quedaron los años regulares en 353, 354 y 255 días; y embolísmicos (que llamamos bisiestos para entendernos), eran de 383, 384 y 385 días. Para ajustar las cuentas hoy dos meses, el “Kislew” (del 6 de octubre al 4 de noviembre) y el “Marjeshván” (del 6 de octubre al 4 de noviembre) que oscilan en un día. Los meses son de 29 días los pares, y de 30 los impares.

Al principio no tenían nombre, sino tan solo la numeración (recordemos que en el calendario romano antiguo, sólo cuatro meses tenían nombre; el resto hasta los diez, eran ordinales); pero con la deportación de Babilonia se traen algunos nombres de meses. En la actualidad se sigue la siguiente denominación de los meses:

Primer mes Tisrí Septiembre/Octubre
Segundo mes Hesván Octubre/Noviembre
Tercer mes Kislev Noviembre/Diciembre
Cuarto mes Tebet Diciembre/Enero
Quinto mes Shebat Enero/Febrero
Sexto mes Adar Febrero/Marzo
Séptimo mes Nisan Marzo/Abril
Octavo mes Iyar Abril/Mayo
Noveno mes Siván Mayo/Junio
Décimo mes Tamuz Junio/Julio
Undécimo mes Ab Julio/Agosto
Duodécimo mes Elul Agosto/Septiembre

El mes bisiesto, cuando lo hay, se añade después de adar, y se llama ve-adar o adar sení.

La era judía comienza a contar desde la creación del mundo, que se calcula sumando las edades de las distintas generaciones mencionadas en la Biblia. Puede calcularse qué año judío corresponde a determinado año cristiano sumándole 3.760, o bien restando la cantidad de 240 al año cristiano y sumándole 4.000 a la cifra obtenida. Así el año 2.000 cristiano era (2.000 - 240) + 4.000= 5.760 año judío

Y en cuanto a la fecha de inicio del año nuevo, es de gran complejidad. Se debe celebrar en el “Moled” que sigue inmediatamente al equinocio de otoño. Pero al tener que caer en determinado día de la semana, y al contar desde la salida de la luna, y no desde el inicio del día (a las 6 de la tarde) los desplazamientos resultantes son considerables.

CALENDARIO BAHÁ'Í

 

Fundada hace un siglo y medio, la Fe Bahá'í es hoy en día una de las religiones mundiales de mayor crecimiento. Los bahá'ís residen en más de 116.000 localidades distribuidas por todo el mundo y cuenta con más de cinco millones de seguidores repartidos por no menos de 232 países y territorios dependientes.

El Fundador de la Fe Bahá'í fue Bahá'u'lláh, un noble persa de Teherán, quien a mediados del siglo XIX cambió una vida principesca por otra de persecución y privaciones.

Bahá'u'lláh proclamó ser nada menos que un nuevo Mensajero de Dios. Su biografía, obra e influjo presentan un marcado paralelo con la vida de Abraham, Krishna, Moisés, Zoroastro, Buda, Cristo y Muhammad. Los bahá'ís ven en Bahá'u'lláh a la Manifestación de Dios más reciente en la línea sucesiva de Mensajeros Divinos.

La unidad es el mensaje fundamental proclamado por Bahá'u'lláh, al enseñar que hay un solo Dios y una sola raza humana, y que las religiones diversas del mundo han constituido etapas en la revelación de la voluntad divina. "En este día -afirma Bahá'u'lláh- la humanidad ha llegado a su madurez colectiva. Tal y como lo prometían las escrituras de todas las religiones, ha llegado la hora en que los pueblos del mundo habrán de integrarse pacíficamente en una sociedad global. "La Tierra es un solo país y la humanidad sus ciudadanos".

La Fe fundada por Bahá'u'lláh pose un sistema administrativo universal por el que cada año se eligen órganos bahá'ís de gobierno en más de 18.000 localidades.

Las Escrituras Bahá'ís y las actividades de todo género emprendidas por sus seguidores abarcan prácticamente todos los dominios de la vida actual, desde las nuevas formas de concebir la diversidad cultural y la conservación del medio ambiente, a la descentralización de la toma de decisiones, pasando por un compromiso renovado hacia la ética y la vida familiar, sin omitir la llamada a un "Nuevo Orden Mundial".

 

El calendario badí' se basa en el año solar de 365 días, 5 horas y 50 minutos y fracción. El año se compone de 19 meses de 19 días cada uno (es decir, 361 días), con la añadidura de cuatro días suplementarios (cinco en año bisiesto).

El Año nuevo bahá’í se celebra el 21 de marzo festividad de Naw-Rúz

Ayyám-i-Há : Los días intercalares, conocidos como Ayyám‑i‑Há (los Días de Há), cuentan con la distinción de estar vinculados a "la letra Há". Se celebran antes del último mes del año Bahá’í, ‘Alá mes del ayuno. Bahá'u'lláh encareció a Sus seguidores que dedicasen estos días a festejos, regocijo y caridad. En una carta escrita en nombre de Shoghi Effendi se explica que "los días intercala­res se reservaran especialmente para la hospitalidad, la entrega de regalos, etc.". En los Escritos Sagrados se le han asignado a " la letra Há" varios significados espirituales, entre ellos el de ser símbolo de la Esencia de Dios.

 

Mes

Nombre árabe

Traducción

Primer día fiesta 19 días

Bahá Esplendor 21 de marzo
Jalal Gloria 9 de abril
Jamal Belleza 28 de abril
'Azamat Grandeza 17 de mayo
Núr Luz 5 de junio
Rahmat Misericordia 24 de junio
Kalimat Palabras 13 de julio
Kamal Perfección 19 de agosto
Asma' Nombres 20 de agosto
10º 'Izzat Fuerza 8 de septiembre
11º Mashíyyat Voluntad 27 de septiembre
12º 'Ilm Conocimiento 16 de octubre
13 Qudrat Poder 4 de noviembre
14 Qwal Discurso 23 de noviembre
15 Masa'il Preguntas 12 de diciembre
16 Sharaf Honor 31 de diciembre
17 Sultán Soberanía 19 de Enero
18 Mulk Dominio 7 de febrero
19 Alá Sublimidad 2 de marzo

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